En una noche cargada de tensión y decisiones fatales, Shirley Leslie Silva Padilla, apodada la "Gata", se vio envuelta en una espiral de violencia que dejó a dos hombres sin vida en San Juan de Lurigancho. Todo comenzó con un piropo, uno que para ella fue el detonante de una tragedia. El primer blanco fue el hermano de su compañera de colegio, a quien disparó dos veces en un arrebato de furia. Acompañada por su amigo Francisco Cayetano Alhuay Carrillo, Shirley se encontraba en la calle Majes cuando se cruzaron con el DJ Diego Alex Marticorena Chombo, conocido por ambos. Pero la paz duró poco tiempo. Un intercambio de palabras, un piropo fuera de lugar y la ira se apoderó de Shirley una vez más. Sin pensar en las consecuencias, sacó un arma y disparó contra el joven DJ, con la confesión posterior de que era la primera vez que empuñaba un arma de fuego. No hubo tiempo para la reflexión, solo la reacción impulsiva ante lo que consideró un ultraje a su honor.
Pero la noche estaba lejos de terminar. Un restaurante chifa fue el escenario del segundo acto de esta macabra obra. Insatisfecha con la cantidad de pollo en su plato de arroz chaufa, Shirley tomó una decisión fatal. Un disparo resonó en el establecimiento, seguido del silencio sepulcral que indicaba el fin de una vida inocente.
Estos eventos llevaron a Shirley a enfrentarse con la dura realidad de sus acciones ante la justicia. Su destino quedó sellado con una sentencia de 25 años de prisión por el homicidio de sus dos víctimas. Esta noche trágica, marcada por la violencia descontrolada, nos recuerda la fragilidad de la vida y las terribles consecuencias de los actos impulsivos. Una historia que cautiva por su dramatismo y nos hace reflexionar sobre el poder destructivo de la ira.